Montse Serrano
“Lo mejor en la vida es entretenerse,
y yo sé hacerlo”
El 1 de septiembre de 1978 Montse Serrano levantó por primera vez la persiana de su librería en la calle Buenos Aires, una librería que se traspasaba y ella, que vivía en la acera de enfrente, había logrado que su padre le ayudara a pagar el traspaso. No sabía si le iba a ir bien, si lograría mantener la clientela. No tenía experiencia vendiendo nada. De los libros sólo sabía leerlos. Una cosa, sin embargo, tenía muy clara: que los estudios de periodismo no iban a convertirla en periodista y que aquella librería era el mejor lugar del mundo para vivir por su cuenta.
Como librera, Montse ha conocido a cientos de personas. Conocerlas, me refiero, cómo sólo un librero o un camarero pueden conocerlas. Si el librero sabe lo que lees y el camarero sabe lo que bebes, si ellos saben, además, cómo lees y cómo bebes creo que pueden saberlo casi todo sobre ti.
Montse, como demuestra en esta Giardinetto Sessions, las conversaciones que grabamos con Poldo y que puedes ver en el video que envuelve esta nota, es empática e intuitiva, promotora de cultura, educadora de mentes curiosas y analógicas, aquellas que se divierten leyendo libros.
“Las que más leen –dice sin dudarlo un segundo- son las mujeres”. Ellas y no ellos encuentran en el tiempo, el espacio y el lugar. “La lectura –explica Montse- es un esfuerzo” cada día más difícil de realizar en una sociedad dominada por la imagen.
La librería de Montse se ha convertido en un centro cultural y vecinal, un punto de encuentro. Quedó demostrado hace unos años cuando cerró el sex shop de la puerta del al lado. Clientes y amigos de la librería arrimaron el hombro para hacerse con él, y, como dice Montse, “por primera vez, que yo sepa, un negocio cultural se impuso a un negocio de sexo”.
+Bernat, así se llama la librería, es, desde entonces, un almacén de cultura, escenario para presentar libros y sede de una universidad clandestina. Montse, además, se ha convertido en un personaje de ficción. Forma parte de “Aire de Dylan”, la novela de Enrique Vila-Matas, donde aparece con su nombre y apellido, haciendo lo que siempre hace. Reconoce que “fue un regalazo” y se muestra muy contenta de “ser una librera que está en una estantería”.
A Montse los libros le han dado casi todo, pero, como buena librera, no trata a todos los libros del mismo modo. Los que no le gustan los deja sin terminar. Dice que cien páginas son suficientes para saber si te va a gustar o no y que, en todo caso, “leer ha de ser un placer, no un sacrificio”.
Y antes de acabar la charla nos da un último consejo: “Lo mejor en la vida es entretenerse, y yo sé hacerlo”.
Xavier Mas De Xaxàs, 26/10/2018