Santiago Dexeus
“La mujer es más empática, dulce, sensible
e inteligente que el hombre”
Santiago Dexeus enseñó a muchas personas que los niños no venían de París y que había anti conceptivos más efectivos que la marcha atrás. Cuando en la clínica maternal que fundó su padre, la primera de España, se anestesiaba a las parturientas, Dexeus se enfrentó a los ultracatólicos que defendían el parto con dolor porque así lo decía la Biblia.
Durante el tardo franquismo luchó para despenalizar el uso de la píldora. Eran los años 70. La doctrina de la Iglesia y la férrea moral de la dictadura impedían a la mujer ser dueña de su propia salud reproductiva. Dexeus se enfrentó a estas limitaciones y fue uno de los primeros médicos que defendió abiertamente la legalización del aborto.
Su mayor logro fue abrir la vía, con fondos y medios, para que científicos como el doctor Pere Barri y la bióloga Anna Veiga lograran que una mujer estéril tuviera una niña. Fue en 1984 y el nacimiento en Barcelona del primer bebé probeta de España disparó la importancia del Instituto Dexeus.
La mujer y sus derechos siguen preocupando a Dexeus. Lamenta la discriminación social y laboral, la violencia machista a la que debe hacer frente. “La mujer –dice- es más empática, dulce en el trato, sensible e inteligente que el hombre”.
Asegura que lo primero que debe hacer un médico con sus pacientes es escucharlos pero reconoce que no siempre es posible dedicarles tanto tiempo, especialmente cuando las aseguradoras no pagan más de 20 o 30 euros por visita.
Hoy a sus 82 años ya no pisa el quirófano pero no ha dejado de estudiar ni de visitar a sus pacientes en el centro Women’s, el que creó en la clínica Tres Torres al salir, no sin trauma emocional y dura pelea judicial, del instituto que lleva su apellido.
Se opone con fuerza al parto asistido en el hogar porque dice que hay nueve veces más riesgo de que algo vaya mal y sólo beneficia (económicamente) a la comadrona.
Considera que una mujer, en todo, caso no debería tener un hijo después de los 38 años. No porque el bebé vaya a tener más riesgos de desarrollar una malformación sino porque la mujer puede resentirse.
Durante la charla en la barra del Giadinetto, con un falso gin-tónic en la mano -tónica, limón, jarabe de lima y una gota de angostura-, Dexeus deja claro que las mujeres le interesan mucho más que los niños. Se sienta con la buena noticia de que la filosofía vuelve al bachillerato para crear cerebros libres e independientes y se levanta confesando una de sus últimas alegrías: ayudar a una viuda de 80 años a tener una vida sexual sana.
Xavier Mas De Xaxàs, 12/01/2018