Juanjo Caballero
“Los pequeños detalles hacen grande un periódico”
Nada de lo que usted lee en este medio de comunicación es casual. Nada está improvisado. Una vez decidido el tema, su publicación depende de un equipo amplio de profesionales.
El objetivo es realzar el contenido, ofrecerlo de la manera más atractiva y comprensiva posible. De ello, normalmente, no se encarga el periodista que firma la nota sino un grupo de profesionales que deciden sobre muchos aspectos informativos y formales. Están los editores de fotografía, que escogen la mejor imagen, los editores de textos, que mejoran el contenido, y los responsables del diseño, que deciden el tamaño de los títulos, el número de destacados, el formato del pie de foto y otros elementos que ayudan a que los lectores tengan una experiencia informativa completa, es decir, que disfruten de un diseño amable, que realce la información y facilite su lectura y comprensión.
Conseguirlo no es fácil. Se requiere mucha experiencia, mucha ponderación y una gran generosidad porque estos profesionales trabajan en el sombra para que los textos de los periodistas que firman las informaciones sean lo más efectivos posible. Juanjo Caballero es un mago de la edición de textos. Si ustedes llevan varios años leyendo ‘La Vanguardia’ seguro que se han encontrado con un montón de noticias que han pasado por sus manos y que, gracias a su maestría han mejorado con respecto al original.
Hace un tiempo que dejó este medio de comunicación y ahora se dedica, especialmente, a la enseñanza del periodismo. Hablar con él es volver al origen, reforzar la base de lo que hacemos, confirmar, en definitiva, que ni siquiera la más espectacular de las informaciones tiene garantizado el éxito si no está bien editada.
Editar equivale a corregir el enfoque, resaltar lo más relevante, cortar lo superfluo, eliminar errores de ortografía y gramática. Casi nada y casi todo. De ello dependen los pequeños y grandes detalles, es decir, la grandeza de un medio de comunicación. Juanjo asegura que “los pequeños detalles hacen grande un periódico”.
Juanjo Caballero es uno de los últimos de su estirpe, uno de los pocos en una redacción que hoy, por ejemplo, puede distinguir entre una injuria y una calumnia.
Pocos medios pueden permitirse tener un equipo de editores en plantilla. Estos editores se preocupan de que la información esté bien ilustrada y que el texto de los pies de fotos y las entradillas sean atractivos. Estas son las puertas de entrada a la noticia. “Si el lector no entra en el texto -asegura Juanjo-, no te sirve de nada. Para conseguir que alguien lea el texto has de rozar la perfección”.
Juanjo considera que la calidad de un medio de comunicación depende de la calidad de los profesionales que lo hacen posible. Puede que esta reflexión les parezca obvia pero es esencial.
Juanjo, movido por este compromiso con la excelencia, es intervencionista. Sabe que la fuerza de un periodista depende del trabajo de la redacción. En la era de los egos desproporcionados esta actitud profesional le ha reportado algún problema. Sin embargo, los periodistas que se han puesto en sus manos han visto cómo sus textos mejoraban. A mi me ha pasado un montón de veces. Juanjo corrige y corta porque,
como solía decir Suso Pérez, otro editor destacado de este diario que hoy es defensor del lector, los textos, cortados, mejoran.
Juanjo Caballero es del Poble Nou, uno de los barrios más emblemáticos de Barcelona. Allí conoció a uno de los periodistas clave de los años setenta y ochenta, Josep Maria Huertas Clavería. Trabajó con él en “Tele/eXpres”, un periódico de la familia Godó, el más izquierdista de los medios de comunicación de aquella época. Trabajó, asimismo, a las órdenes de Manuel Ibáñez Escofet, otro referente del periodismo de la transición en España.
Juanjo habla de esta escuela y mucho más en la entrevista que le hicimos en el Giardinetto y que ustedes pueden ver ahora. Si lo escuchan entenderán mucho mejor la magia que cada día acompaña a la publicación de un gran medio de comunicación.
Xavier Mas De Xaxàs, 24/05/2019