Javier Cercas
“La guerra civil terminó el 23 de febrero
de 1981 y aún no la hemos digerido”
A Javier Cercas no le gustan mucho las entrevistas, especialmente las de preguntas largas y respuestas cortas, aquellas que aplastan al entrevistado por la presión egocéntrica del entrevistador. A Cercas, además, no le gustan las declaraciones, las opiniones verbalizadas a bote pronto. Su medio es la escritura y es verdad que se piensa mucho mejor cuando se escribe, pero también es verdad que nuestras entrevistas son otra cosa, más bien son conversaciones lentas y reposadas, con margen para la reflexión. Tal vez por eso, después de mucho insistir, accedió a sentarse en la barra del Giardinetto y pedir un vodka con limón.
Nuestra conversación gira en torno al pasado (que no ha pasado) y la herencia histórica que no hemos asumido, tanto como europeos como españoles. Como europeos porque estamos cometiendo errores que se cometieron en los años treinta y como españoles porque no hemos sabido afrontar nuestra mala herencia.
Cercas considera que “la guerra civil terminó el 23 de febrero de 1981”, día del golpe de Estado que, al superarse, abrió las puertas del poder al PSOE. A la guerra propiamente dicha siguieron cuatro décadas de dictadura que Cercas sitúa claramente dentro de la dinámica bélica. “Dirigir ese pasado –dice- es muy complicado y aún no lo hemos hecho. No hemos sido capaces de afrontarlo con el coraje y la honestidad necesaria”. “No hay acuerdo sobre el pasado –añade- y sin este acuerdo no puede haber uno sobre el presente”.
Cercas es un escritor de culto y popular, combinación difícil y que, casi siempre, se produce por casualidad. “Solados de Salamina”, su primer gran éxito, por ejemplo, triunfó porque entroncó, de manera intuitiva, con la necesidad que tenían los españoles de revisar su pasado desde otro punto de vista.
Cercas, que repitió éxito de ventas y crítica con “Anatomía de un instante” –el relato del golpe del 23-F-, habla de su novela “El monarca de las sombras” como la más fundamental de su carrera porque aborda una historia familiar que le obliga a distinguir mucho entre la razón política y la razón moral, la idea de que también en el bando franquista había jóvenes soldados que, aún habiéndose puesto en el lado erróneo de la historia, mantuvieron una digna actitud moral.
Javier Cercas nació en Extremadura y su familia, siendo él pequeño, emigró a Girona. Sin esta experiencia no cree que hubiera sido escritor. “En Girona era un huérfano y sin este desarraigo no me hubiera puesto a escribir”. Como tantos otros escritores, Cercas, a veces, habla con citas de autores a los que admira. En este caso, recurre a Cesare Pavese para decir que “la literatura es una defensa contra las ofensas de la vida”.
Cercas acaba hablando de John Ford y su película favorita –“El hombre que mató a Liberty Valance”-, de su afición a correr cada mañana durante media hora y de lo mucho que le decepciona el futbol contemporáneo.
Xavier Mas De Xaxàs, 08/02/2019