Nina Masó
“No deberíamos ver tanto,
sobre todo de noche”
Esta diseñadora y artesana de la luz recomienda que no te mires en el espejo del ascensor
Nina Masó no se mira en el espejo del ascensor y recomienda que nadie lo haga. “Por la mañana te ves fatal y cuando vuelves a casa por la noche, aún peor”, y todo por culpa de la luz. La luz nos hace guapos o feos, depende de cómo esté diseñada. Pasa lo mismo con los espejos. Y la combinación de luz y espejo en un ascensor es letal. Mejor, entonces, subir escaleras.
Masó lleva toda su vida dedicada al diseño, especialmente de la luz. Trabaja en Santa&Cole. Antes diseñó bares en Barcelona, bares de luces cálidas y de baja intensidad, idóneas para fortalecer complicidades y desatar pasiones. “No deberíamos ver tanto, sobre todo de noche”, dice con la experiencia de haber sido una gran noctámbula. Explica que la luz tenue no sólo contribuye a la intimidad sino también a la relajación porque frena la aceleración del tiempo. Por eso echa de menos las luces pobres, con bombillas de baja intensidad y quinqués, que no hace tanto tiempo había todavía en los comercios modestos, especialmente en los países en vías de desarrollo. El progreso, lamentablemente, produce mucha luz nocturna y combate la oscuridad con neones estridente, como si fuera algo malo que debe evitarse a toda costa.
A Nina Masó le gustan las lámparas sin estridencias y también las velas, las que no son aromáticas, las que se parecen a los cirios de una iglesia. Un día llenó Sarajevo de velas. Fue después de la guerra civil, cuando Barcelona se solidarizó con la capital de Bosnia y abrió allí una “embajada”. Masó se encargó del interiorismo y pensó que sería bueno iluminar el local con muchas velas. Las tenía encendidas cuando pasó un vecino y se quedó perplejo. Las velas eran un lujo en una ciudad devastada, sin apenas luz eléctrica. “Fue una lección de vida”.
Masó reivindica el feminismo y critica a los hombres, especialmente los de su generación, por querer ser siempre más que las mujeres. “Son muy pesados”, dice, y lo son desde pequeños, cuando juegan haciendo ruido. Esto le molesta. “Los hombres empiezan haciendo ruido y acaban haciendo guerras”.
Xavier Mas De Xaxàs, 22/02/2019