MARTA PESSARRODONA
“A LOS 13 AÑOS YA QUERÍA SER GARCÍA LORCA”
Marta Pessarrodona lo ha escrito casi todo. Su poesía encierra las claves de la vida contemporánea, mientras que su prosa y sus ensayos exploran los temas que han formado su personalidad y la de tantas mujeres que, como ella, conquistaron el siglo XX: la libertad, la cultura y el feminismo.
Si fuera irlandesa, hace tiempo que Pessarrodona sería una santa en vida, una poeta idolatrada. En Catalunya tiene una biblioteca a su nombre y un Premi d'Honor (2019), reconocimientos que, sin embargo, no han logrado que ocupe la centralidad que se merece.
Desde muy pequeña, cuando su madre le regalaba libros de Folch i Torres y tenía cuenta en la librería de su barrio en Terrassa, quería ser escritora, aunque no supiera de qué. Sin embargo, "a los 13 años ya quería ser como García Lorca". A los quince hablaba y leía en francés y a los 18 sus padres le compraron un coche.
Viajó a Francia y a Inglaterra, a trabajar y estudiar. Incorporó otros mundos, tradujo y escribió sin parar, sobre todo poesía, el género literario del que emanan todos los demás. "Nada me produce más placer que saber que un poema ya está acabado".
Conoció a Gabriel Ferrater y se enamoró. Él tenía 19 años más que ella y aún le agradece que nunca le perdonara la vida. Le dio a conocer a otros poetas, le recomendó que encontrara su propia métrica y ella lo hizo. Fue su pareja hasta el final.
Lamenta que el feminismo contemporáneo se olvide de las mujeres que, como ella, lucharon por los derechos de la mujer cuando era mucho más difícil que hoy. Por eso considera que el siglo de la mujer no es el XXI, sino el XX. "El XXI es un siglo de relectura", asegura.
Reconoce que la poesía es memoria, pero también futuro. Afirma que le han pasado cosas que antes había escrito en sus poemas y recuerda que de madrugada, en casa de Guillermo Cabrera Infante, escuchaba tangos y boleros que le habría gustado escribir.
"He venido a ser feliz y he tenido mucha suerte", reconoce al final de la entrevista.
Xavier Mas de Xaxàs, 29/01/2022