Elena Ramírez

“El follonazo político perjudica la lectura”

Elena Ramírez, editora de Seix Barral desde hace diez años, no se sale del guión. Preguntes lo que preguntes siempre responde con la corrección de una alumna destacada en clase de lengua castellana. Un diez en redacción y otro en caligrafía, aunque a veces, al construir una respuesta, encuentra antes la palabra en inglés que en español.

Sabe vender libros. Su editorial está entre las más musculadas de la industria. Autores destacados, catálogo extenso, una combinación provechosa entre las novelas que son súper ventas y las que, a pesar de las buenas críticas, no venden mucho.

Lo ideal en este negocio, como en todos, es comprar barato y vender bastante. Pero en el mundo editorial, donde el éxito muchas veces es cuestión de suerte, lo mejor es ceñirse a dos reglas básicas. La primera es publicar en abundancia, aunque no se tenga ni el tiempo ni los recursos para defender todos los títulos que se ponen en el mercado. La segunda es saber qué libros merecen una apuesta. Esta es la decisión más difícil de todas, pero Ramírez, segura de sí misma, confiesa que en Seix Barral “solemos acertar”.

Su próximo acierto espera que sea la escritora estadounidense Regina Porter. Su novela The Travelers narra la historia de dos familias, una blanca y otra negra, desde los años 50 hasta la elección de Barack Obama, un repaso a los traumas nacionales y personales, al sexismo y el racismo, que tanto han marcado el carácter del estadounidense contemporáneo. Ramírez ha comprado los derechos en español y si ha pagado lo mismo que sus colegas en Francia, Alemania y Reino Unido, el precio, según Publishers Weekly, debe rondar el millón de euros.

Si usted piensa en enviarle un relato con la ambición de que se publique, ha de saber que al buzón de Seix Barral llegan “inconmensurables” propuestas como la suya y que casi todo se lo va a jugar en la primera página. Si leída esta primera página, Elena Ramírez pierde el interés, está usted perdido. La editora no dejará el libro sin hacer catas de lectura, en páginas cogidas al azar, pero las posibilidades de que cambie de opinión son escasas.

El año lo cerrará bien pero podría haber ido mucho mejor si la política no hubiera hecho de las suyas. Considera que “el follonazo político” perjudica la lectura y la venta de libros. Ante la convulsión, la gente se muestra más prudente y gasta menos. “Ahora la gente no piensa en leer”, afirma con la esperanza de que las elecciones catalanas del próximo día 21 disipen el horizonte y salven la campaña de Navidad.

Ramírez apenas ha tocado la cerveza. Tiene prisa. La esperan en la otra punta de la ciudad y mañana ha de coger un avión a México. No hay tiempo para relajarse. Dice que el gimnasio le salva la vida, que escucha música de piano cuando trabaja y que desconecta de casi todo cuando se mete en la cama para ver una serie de televisión.

Xavier Mas De Xaxàs, 15/12/2017