Patricia Luján
Hay que liberalizar los pezones femeninos
Depués de una larga y fructífera carrera como creativa publicitaria, Patrica Lujan se ha pasado al activismo. Cuando hacía anuncios, campañas tan populares como las nubes de Vueling (se las inventó ella) o el felpudo de Ikea con el lema “Bienvenido a la república independiente de tu casa”, Patricia tenía dos cosas muy claras, la primera era divertirse ella y divertir a los demás, arrancarles una sonrisa, hacerles ver el lado amable y divertido de las cosas, y la segunda era “aportar poca basura al mundo desde el punto de vista de la comunicación”.
De aquellas primeras campañas han pasado 20 años. Patricia dejó de trabajar para una gran agencia (SCPF) y con su amigo Carlitos creó una compañía pequeña que al principio de llamó Carlitos y Patricia y que ahora, después de un año de “reset”, se llama Patricia y Carlitos.
Patricia, que tiene una sonrisa de oreja a oreja, habla mezclando muchas palabras en inglés, y su lenguaje distendido y efectivo tiene una predilección especial por los adverbios tipo “montonazo”.
Ahora que ella y Carlitos han terminado el “reset”, han vuelto a priorizar aquello que más les gusta y motiva. ¿Por qué hacer cosas que no nos gustan? El dinero no lo es todo.
Es así como Patricia se ha transformado en una activista y entre todas las causas en marcha para conseguir un mundo más habitable y justo, ella ha escogido dos: el feminismo y la economía sin dinero.
A través de campañas como “1.010 maneras de comprar sin dinero” ha demostrado que hay fórmulas para pagar por las cosas sin rascarse el bolsillo. Un ejemplo: recoger libros usados y venderlos a cambio de una acción tan simple como “llama a tu madre y queda con ella para comer” o “dona sangre”.
Patricia está convencida de que las mujeres transformarán la sociedad, las estructuras de poder, políticas y económicas, a través de una lucha por la igualdad que viene de lejos y tiene el éxito asegurado porque así lo dice el orden natural de las cosas.
Entre las muchas iniciativas que ha lanzado, vale la pena visitar la página de Instagram, Nipple Magazine. Allí recoge los pezones femeninos que se publican en las redes sociales, areolas evidentemente tapadas, decoradas con estrellas y todo lo que ustedes puedan imaginar, con el objetivo de superar la censura.
Facebook, Instragram y otras redes prohíben mostrar los pechos femeninos pero no los masculinos y para denunciar esta discriminación, hace más de cuatro años, en Estados Unidos, se lanzó la campaña “Free de Nipple” (Liberen el Pezón).
Patricia considera que se debe “liberalizar el pezón” femenino y ofrecer a la mujer el mismo derecho a mostrar sus pechos que tienen los hombres. Denuncia, por ello, el falso puritanismo de estas redes, que, al prohibir las imágenes de los pechos, los cosifican. Una mujer no puede mostrarse tal cual es, sino que debe decorar sus pezones, y esto para Patricia es un absurdo porque, en muchos casos, aún sexualiza más el torso femenino.
Patricia se pregunta por qué los pechos de mujer han de tener una primera lectura sexual, porqué Instagram, por ejemplo, considera que la etiqueta “free the nipple” equivale a pornografía. ¿No es este un problema de los hombres? Pues que se aguanten y maduren un poco.
Como esta maduración es imposible a partir de determinada edad, a Patricia le gustaría sensibilizar a los niños de siete años –solo niños porque las niñas ya nacen mucho más sensibilizadas en este y otros asuntos-, y enseñarles de qué va la igualdad entre hombres y mujeres.
Está claro que con Patricia (y Carlitos) se vive mucho mejor.
Xavier Mas De Xaxàs, 06/04/2018