CARLES SANS

“EL CATALÁN SABE REÍRSE DE SÍ MISMO”

Carles Sans habla despacio y con método. Sus frases parecen aprendidas hace mucho tiempo. Son limpias y ordenadas. Dicen lo justo. No está mal para un actor que apenas abre la boca.

Sans es miembro de El Tricicle, compañía que hace casi un año bajó el telón con los teatros llenos, después de 40 años construyendo espectáculos que están en la memoria de muchos españoles.

Cuarenta años suponen muchos escenarios y muchas representaciones, una experiencia que le permite radiografiar España a través de sus públicos. “El de la franja mediterránea -dice- es el más fiestero”. El más frío está en el norte y en el sur, en Andalucí, hay un público con gracia al que, sin embargo, le cuesta entrar en propuestas de humor que van más allá del chiste.

Del catalán, Sans destaca que “sabe reírse de sí mismo”, algo que no sucede con otros pueblos de España. Y pone el ejemplo de los programas de televisión Polonia y Cracovia que, con la excepción de Euskadi, se han replicado sin ningún éxito en otras regiones.

Sans considera que el catalán tiene una inmerecida fama de persona sin humor. La verdad es que la lista de humoristas catalanes que han triunfado en España es larga, y la diferencia con los del resto de España es amplia. Comparen, por ejemplo, a Eugenio con Chiquito de la Calzada. Una cosa es explicar chistes con gracia y otra narrar historias que, deambulando incluso por las cimas del surrealismo, son capaces de reflejar la más cotidiana y cómica de las situaciones. Pepe Rubianes sería, aquí, el referente indiscutible.

El humor es vital, dice Sans. Tanto que la gente paga para que la hagan reír. El humor, sin embargo, ha de hacerse en serio porque la frontera entre lo cómico y lo grotesco es muy fina, y el gag exige siempre estar en plena forma.

El teatro gestual, con aportaciones del mimo, el clown y la comedia, definen a El Tricicle, una compañía que se ha esforzado para ser divertida sin ser histriónica.

Sans vive ahora la vida del retirado. Hace fotos porque la fotografía, desde siempre, le ha gustado mucho. Le divierte observar a los barceloneses. Descubre muchos personajes detrás de las personas. Ha editado un libro que se titula “Urban Zoo” y que regala a los amigos. También escribe. Anota recuerdos de 40 años sobre los escenarios. Por ahora no tiene ganas de volver a pisarlos, pero el gusano sigue vivo.

Xavier Mas De Xaxàs, 22/11/2019